18 Enero 2019
/ Nueva Democracia
Bolsonaro representa el escenario ideal para una agenda de austeridad y privatizaciones. En Brasil la privatización de los servicios públicos es algo impopular, así la burguesía nacional comprendió que para imponer sus reformas debía coquetear con el fascismo. Y para lograr respaldo, su campaña ocultó intenciones sin discutir propuestas. Movilizó por el miedo, contra la corrupción y en el antipetismo, donde el apoyo de pastores evangélicos y empresarios permitió articular un bloque “de la moral cristiana por la verdad sin medidas”.